
MISTERIOS
Cinco son los portales iniciaticos en la vida de cada mujer. Cada uno es un portal hacia lo misterioso y marca una etapa de transformación, o rito de pasaje, en el encuentro con el propio poder.
El primero es la menarca, la iniciación de una doncella en el comienzo de su propio poder femenino. La palabra significa literalmente "primera luna": y es el inicio de la comprensión y el significado del espíritu sagrado de lo femenino. Las culturas que han mantenido viejas tradiciones, celebran la primera luna de las jovenes como un acontecimiento divino para la comunidad entera.
El segundo es el florecimiento sexual. Es la sangre del rasgado del velo sagrado de la mujer, el himen. Es el rito de paso que introduce a la mujer en su propia sexualidad, en el que el cambio físico y psicológico será definitivo.
El tercero es la menstruación regular, la conexión biorítmica de la mujer con el cosmos: la tierra, la luna y el sol. Este misterio de la sangre es el rito cíclico que marca el ritmo de la renovación progresiva y le otorga conciencia del gran potencial creativo que posee: ella madura con sus experiencias de la vida en el pasaje de cada ciclo lunar conectado con su espíritu.
El cuarto es la sangre del alumbramiento. La experiencia de una mujer de dar a luz es una oportunidad para que ella haga contacto con su energía creadora, nutricia, sustentadora y protectora. El parto tiene un potencial enorme en transformar el modo en el que cada mujer se estime, se ame, a si misma.
El quinto es la menopausia, es el rito del paso de la mujer a la libertad de usar su energía de acuerdo a los dictados de su propia alma, liberada ya de los mandatos biológicos y culturales de pro-crear, proteger y nutrir a su prole.
Myrian Wigutov